Los
piodermas son extremadamente raros en la especie felina, salvo la
aparición de abcesos (piodermas profundos) asociados a mordeduras y
las complicaciones bacterianas del acné felino. En gatos los casos
de foliculitis bacterianas suelen asociarse a enfermedades alérgicas,
parasitarias, infecciones por el virus de la inmunodeficiencia felina
o abuso de glucocorticoides.
Ante
un patrón de alopecia focal o multifocal los tres diagnósticos
diferenciales que siempre debemos tener en cuenta son foliculitis
bacteriana, demodicosis y dermatofitosis, posiblemente en este orden
en perros, mientras que en gatos el principal diagnóstico
diferencial de estas alopecias es la dermatofitosis, siendo
cualquiera de los otros dos procesos muy poco habituales. Es por ello
que ante alopecias focales o multifocales en gatos es imprescindible
realizar un cultivo de dermatofitos y no es recomendable tratar hasta
constatar la infección, aunque si se deben tomar medidas preventivas
de un posible contagio.