En los últimos decenios se ha registrado una importante evolución del papel de los animales de compañía en el entorno del hogar. De ser colaboradores en actividades con orientación productiva como la caza, típico de las sociedades tradicionales, han pasado a adquirir un valor por sí mismos en las sociedades modernas avanzadas hasta ser considerados como un miembro más de la familia.
No es de extrañar, por tanto, que esta tendencia haya supuesto una revolución en el ámbito del cuidado y bienestar del animal de compañía y, la medicina veterinaria, por supuesto, no ha quedado ajena a esto.
Los propietarios de mascotas buscan proporcionar los servicios veterinarios y tratamientos más avanzados. Esto se traduce en una mayor demanda de profesionales altamente cualificados: los especialistas.
Las consultas por problemas dermatológicos se encuentran entre las razones más habituales para realizar una visita al veterinario. Sin embargo, la dermatología es compleja: todas las lesiones parecen iguales y frecuentemente se complican entre ellas, y además hay muchas enfermedades que fácilmente se confunden unas con otras. En otras ocasiones, la causa primaria del problema dermatológico no se encuentra en la piel misma sino en otro órgano o a nivel sistémico, lo que requiere de un amplio conocimiento y experiencia para realizar un buen diagnóstico
Hay muchos procesos que el clínico generalista puede diagnosticar y manejar sin problemas, pero hay otros muchos que requieren la derivación al dermatólogo especialista. La medicina veterinaria es muy amplia, como la humana, y un buen generalista siempre tiene que recurrir a los especialistas en los casos complicados, graves, poco frecuentes o crónicos.

Cuándo acudir al especialista:
1.- Cuando no se tiene un diagnóstico
2.- Ante enfermedades graves, poco frecuentes o complicadas
3.- Ante enfermedades crónicas
4.- Siempre que se requiera una segunda opinión
5.- Cuando se requieren muchas pruebas o pruebas costosas o traumáticas, el especialista tiene una visión más clara de la enfermedad y puede que reduzca e número de pruebas a realizar y consecuentemente su coste.
6.- Cuando el tratamiento no da el resultado esperado.
7.- Las otitis crónicas y las alergias son dos procesos que deberían ser siempre manejados con la colaboración del especialista.
8.- Siempre que su veterinario le recomiende acudir al especialista.

La cooperación y comunicación entre el veterinario generalista, especialista y propietario son de vital importancia en el manejo óptimo del caso. El papel del especialista es fundamental, pero el veterinario generalista es pieza imprescindible en la salud del animal. Todo animal debe tener su veterinario de cabecera aunque pueda requerir los servicios del especialista puntualmente.
En el momento actual de la sociedad moderna occidental, el cliente agradece y valora ser remitido a un especialista por parte de su veterinario habitual ya que entiende que es un gesto de máxima preocupación e interés por la salud del animal, es ponerle en manos de un experto en la materia de igual forma que se está haciendo en la medicina humana.
¿Por qué somos especialistas?


Carmen Lorente es además Doctora en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid.
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