El oído es el órgano donde se localizan el sentido del oído y el del equilibrio. Su función consiste en transformar las ondas sonoras en mensajes neurológicos y en permitir al sistema visual compensar el movimiento, percibiendo la aceleración tanto lineal como rotacional.
Se pueden distinguir tres compartimentos anatómicamente bien diferenciados: oído externo, oído medio y oído interno.
El oído externo está formado por el pabellón auricular (oreja) y el conducto auditivo externo. El conducto auditivo externo es un canal que comunica el exterior con el oido medio, Existe una separación física entre oido externo y medio a través de una membrana circular, el tímpano. El conducto auditivo externo está revestido por piel que produce secreciones que forma el cerumen. El cerumen ejerce un papel protector en muchos casos y existe un movimiento del mismo hacia el exterior que ayuda en la limpieza fisiológica del oido.
Una otitis es la inflamación de alguna de las porciones del oido, lo más habitual es que la otitis sea externa. La otitis media y la interna son más severas y pueden producir signos neurológicos como ladeo de cabeza, pérdida de equilibrio, andar en círculos… además de sordera.
Las otitis no suelen deberse a una única causa, sino que aparecen como consecuencia de diversos factores, por lo que es necesario identificar y tratar todos estos problemas. Es muy frecuente que las otitis externas estén asociados a enfermedades dermatológicas, es imprescindible la labor del dermatólogo para detectar estos problemas. Otras veces las otitis tienen su origen en un proceso traumático como la penetración de espigas, altamente frecuente en verano y sobretodo en razas de orejas grandes y péndulas como los cocker, otras veces la penetración de agua puede favorecer el desarrollo de las mismas. Una vez iniciada la otitis, si no se controla, siempre irá empeorando, ya que se complica con el crecimiento de bacterias o levaduras. Si las otitis externas no se tratan y controlan todos los factores que participan en el proceso pueden extenderse el problema al oido medio e incluso al interno y pueden producirse cambios crónicos que producen el estrechamiento del conducto de manera irreversible en muchos casos.
En caso de otitis hay que realizar un EXAMEN CLINICO: completo y metódico tanto general como dermatológico y ótico. Para examinar el conducto auditivo hay que realizar una otoscopia y una citología del exudado.
Una vez diagnosticado el problema, el tratamiento debe dirigirse a cada uno de los grupos de factores que intervienen en su aparición:
1.- Factores predisponentes son los factores que hacen que un animal sea más propenso a las otitis que otro, por ejemplo el tener orejas grandes péndulas. Pueden controlarse con una higiene regular del oido adaptada a cada animal de manera individualizada.
2.- Causas primarias son los procesos que provocan directamente el problema, ej: una espiga, una enfermedad alérgica…. Para eliminar estos factores hay que diagnosticar el proceso y tratarlo, si sólo tratamos el oido sin prestar atención a esto, la otitis volverá a aparecer.
3..- Las causas secundarias son aquellas que se desarrollan consecuencia de la aparición de la otitis, ej: infecciones bacterianas o por levaduras. Hay que identificar el agente infeccioso y tratarlo con los fármacos adecuados.
4.- Los factores perpetuantes son las últimas consecuencias de una otitis persistente, hay que evitar que la otitis se cronifique, ya que en algunas ocasiones los cambios son irreversibles y hay que recurrir a la cirugía.
Si su animal presenta dolor o picor en los oidos, tiene mucha suciedad en los mismos o presenta mal olor, acuda cuanto antes a su veterinario.
Las otitis pueden condicionar enormemente la vida del animal, por el dolor que pueden llegar a producir.
Como consejo, recomiendo realizar una higiene periódica del oido con limpiadores auriculares que su veterinario puede recomendarle. Es necesario emplear estos productos siempre que se bañe al animal, para minimizar los efectos que la humedad puede producir en el oido. La higiene regular dependerá de la cantidad de cerumen que produzca el animal y de la cantidad de sustancias externas que puedan entrar en contacto con el oido, ej: perros en contacto con áreas con mucha tierra.
Nunca emplear bastoncitos para limpiar los oidos.
Acudir al veterinario siempre que detecte molestias o problemas en los oidos de su animal y requerir los servicios del dermatólogo veterinario siempre que dicha otitis sea más complicada o no se identifiquen todos los factores que han intervenido en su aparición.
Dra. Carmen Lorente Méndez, DVM, PhD