Los mastocitomas son uno de los tumores cutáneos que más frecuentemente podemos encontrar en los perros. Están formados por mastocitos, células redondas con gran cantidad de gránulos en su citoplasma que contienen sustancias capaces de producir inflamación.
Hay mastocitomas benignos y malignos, pero no se puede saber cual será su comportamiento a priori y para ello hay que unir todos los datos clínicos al estudio histopatológico (biopsia) de la neoplasia .
Todos los mastocitomas deben ser intervenidos quirúrgicamente y se deben eliminar acompañados de unos bordes amplios de tejido sano, ya que si se dejan posibles células neoplásicas, la tumoración volverá a aparecer. En el caso de los mastocitomas benignos una buena cirugía resolverá el problema. Sin embargo, los malignos vuelven a aparecer tras la cirugía y peor aún pueden metastatizar (= a extenderse) a otros órganos del cuerpo. En el caso de los malignos está evolución a la metástasis puede provocar la muerte del animal en un plazo de meses y por ello necesitan de la aplicación de quimioterapia tras su resección.
Los mastocitomas pueden presentarse de forma muy variada y no se pueden diagnosticar en una simple exploración. Pero, si el veterinario punciona la tumoración y analiza las células al microscopio puede determinar si esa tumoración corresponde o no a un mastocitoma.
No todos los veterinarios son expertos al microscopio y no todos pueden diagnosticarlo en el mismo día, pero siempre se puede enviar la muestra para que la analice un experto citólogo.
Es muy importante saber que tipo de tumor o neoplasia tiene nuestro perro o gato antes de extirparla quirúrgicamente, ya que dependiendo del tipo de neoplasia, así tendrá que actuar el cirujano. En el caso de los mastocitomas, siempre se debe realizar una cirugía de amplios bordes, ya que no se puede saber si es maligno o benigno hasta que no se analice en el laboratorio por un patólogo.
La mortalidad asociada a los mastocitomas benignos es mínima, mientras que en el caso de los malignos esta llega al 80-90% y podemos extender la vida de nuestro animal si se inicia una quimioterapia lo mas temprano posible tras la extirpación de la tumoración.
Es muy importante que cualquier bulto o masa que aparezca en la piel del animal sea explorada por el veterinario quien deberá obtener una muestra de la misma por punción con aguja para analizarla al microscopio y valorar su carácter benigno o maligno para actuar en consecuencia. La ayuda del especialista en dermatología puede resultar imprescindible para obtener los mejores resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.