Imagen obtenido de la petición en Change.org (petición cerrada) |
Hoy Vulcano, el toro elegido para las fiestas de este año en Tordesilla, morirá en nombre de la tradición de un pueblo que, desde hace tiempo, acorrala y ataca al toro hasta su muerte.
El Ayuntamiento de Tordesillas y los defensores de esta fiesta, defienden la tortura al toro como parte de la tradición y como fuente de ingresos por turismo.
Un argumento, el de la tradición, tan manido, tan usado de forma libre según los intereses. Y es que a menudo, mirar hacia atrás, no nos permite avanzar. Muchas otras tradiciones hubo que, afortunadamente, desaparecieron por ser demasiado crueles, inhumanas, irreverentes.
Y es que las tradiciones que se basan en el sufrimiento animal, más allá del aspecto de defensa del animal, preocupan por su forma de promover la diversión basada en la violencia.
Se presenta como normal maltratar un animal y, lo que es peor, disfrutar con ello. Aquí cabría la violencia entre hombres, entre animales o entre un hombre y un animal. Cualquier que haga espectáculo de la violencia.
Hoy Vulcano morirá, a manos de hombres que destarán su ira, su frivolidad, que pasarán un buen rato no sólo viéndole morir, sino matándole lentamente. Otros mirarán y animarán. Los niños del pueblo crecerán pensando que es lícito, que no pasa nada por maltratar un animal, que incluso es divertido. Y es que como bien describen desde la web del Ayuntamiento del pueblo, "Tordesillas (...) ha tenido en la figura del toro el punto de referencia donde deposita sus alegrías y sus frustraciones".
Hoy Tordesillas retrocederá unos cuantos siglos, rescatando lo peor de los últimos cinco siglos, olvidando todo lo que la sociedad ha luchado por avanzar.