La quimioterapia metronómica se basa en el empleo de agentes quimioterápicos a dosis bajas, minimamente tóxicas durante periodos continuados y sin apenas periodos de descanso.
Clásicamente el tratamiento del cancer se basa en el empleo de la dosis máxima tolerada del quimioterápico con el fin de eliminar el número máximo de células cancerígenas. Sin embargo, cualquier quimioterápico no sólo afecta a las células neoplásicas si no que también afecta a células sanas del individuo. Es por ello que la quimioterapia se aplica en ciclos que alternan el tratamiento con periodos de descanso que permiten a los tejidos regenerar las células sanas afectadas. Las células cancerígenas tienen una gran capacidad de multiplicarse y proliferar y la quimioterapia tradicional busca como objetivo eliminar estas células en activa multiplicación Pero también afecta a las células de tejidos con alta capacidad de regeneración como son la piel, la mucosa digestiva y la sangre. Es por ello que los efectos secundarios de la quimioterapia suelen ser trastornos gastrointestinales, anemias, leucopenias, trombocitopenias, así como pérdida de pelo.
Está más que comprobado que los elementos estromales (que forman el "medio" en el que se desarrolla el crecimiento) y la vasculatura tienen un papel imprescindible en el desarrollo del cancer, ya que las células cancerígenas necesitan un soporte sobre el que desarrollarse y nutrientes aportados por el flujo sanguíneo. Y se han estado investigando en tratamientos que actuen directamente sobre estos elementos y secundariamente eviten la proliferación de las células malignas. La quimioterapia metronómica se ha visto que afecta a estos elementos de forma más efectiva que la quimioterapia convencional, consiguiendo la inhibición del crecimiento tumoral.
La neovascularización y los elementos estromales imprescindibles para el crecimiento neoplásico depende de precursores circulantes derivados de la médula ósea. Durante la quimioterapia tradicional estos precursores disminuyen en periodos de tratamiento, pero no son suprimidos y durante los periodos de descanso su proliferación se incrementra, favoreciendo la progresión neoplásica. Sin embargo la quimioterapia metronómica consigue una inhibición de estos precursores y consecuentemente una inhibición del crecimiento neoplásico más sostenido.
Ante el cancer el sistema inmunitario del individuo desarrolla mecanismos de defensa que tratan de controlar e inhibir la proliferación neoplásico y a su vez las células neoplásicas intentan frenar estos mecanismos engañando al sistema inmunitario. Se ha visto que el empleo de dosis bajas de fármacos quimioterápicos favorece la activación de los mecanismos anti-tumorales disminuyendo los mecanismos de protección desarrollados por el cancer.
La quimioterapia metronómica evita el crecimiento neoplásico a través de su efecto en la vascularización sanguínea y de modificaciones en el sistema inmunitario, con unos efectos secundarios menores que la quimioterapia tradicional y unos periodos de supervivencia superiors.
Este tipo de quimioterapia que se ha comenzado a emplear en medicina veterinaria está dando resultados muy satisfactorios y es un tratamiento muy prometedor para perros y gatos con esta grave enfermedad.
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