Mi amigo se ha ido. Después de 12 años juntos me ha dejado. No por voluntad propia, simplemente le ha tocado irse.
Atrás quedan muchas aventuras y sobre todo una vida. En este tiempo, hemos compartido tanto…
Nuestra historia juntos comienza a la vuelta de unas vacaciones. El llegó hasta mí acompañado de la policía, alguien le había atropellado: traumatismo craneoencefálico – prácticamente “nada más”. Sordo y ciego por el accidente consiguió recuperar la vista y el oido, aunque eso sí se quedo ladeado hasta poco antes de cumplir un año “síndrome vestibular” se llama en argot médico.
Siempre fue especial, tranquilo, paciente, fiel y cariñoso, parecía que su cabeza era un poco torpe al principio, pero con el tiempo maduró y su condición no le imposibilito ser tremendamente inteligente. A su lado han crecido mis hijos a los que me ha ayudado a criar.
¡Qué hubiese hecho yo sin tener su compañía! y la de Pipa, su amiga fiel que nos dejó unos años antes. Con él me sentía segura, era grande e imponente (bueno 30kg) pero lo suficiente para estar segura de que nadie vendría a importunarnos.
¡Qué hubiese hecho yo sin tener su compañía! y la de Pipa, su amiga fiel que nos dejó unos años antes. Con él me sentía segura, era grande e imponente (bueno 30kg) pero lo suficiente para estar segura de que nadie vendría a importunarnos.
Cuántos largos paseos en los que podía descargar todo el estrés del día, y relajarme en su compañía. Me escuchaban, me dejaban desahogarme y hasta llorar. Ellos fueron mi consuelo en los momentos más duros.
Pero la vida es maravillosa y hemos podido compartir miles de momentos felices: hemos reído, corrido, jugado, cantado, conocido ciudades, personas, pueblos y hasta compartido helados. Siempre juntos, no importaba donde fuésemos, allí estábamos todos: dos niños, dos perros, dos gatos y yo. Una familia unida, como debe ser.
El era el último de cuatro patas que quedaba del inicio de esta aventura hace 12 años, ahora también me falta él. Pero no estoy triste porque los dos hemos recibido mucho en esta historia y hay que aceptar el ciclo de la vida. Flucke ha vivido feliz, querido y acompañado y lo mejor de todo, no ha sufrido en su final.
Flucke te quiero, siempre estarás conmigo, eres parte de mi vida. Te pido un último favor: cuando veas a todos aquellos que has conocido: a Pipa, a Lucas, a Protón, a Negri y a Bicho diles que les sigo queriendo.
Un último beso amigo y sigue luciendo en el cielo tanto como lo has hecho en la tierra.
Mucho ánimo, se sufre muchisimo y nadie lo sabe hasta que no se pierde a uno. Para mí los perros son maravillosos, son capaces de darlo todo sin pedir nada. Soy feliz a su lado y mucho mejor persona.
ResponderEliminarSuerte que te dedicas a ayudarles y pasas un gran tiempo con ellos, seguro que tu vida está llena. Un saludo,
Raquel.