La higiene es tan importante para nuestros animales como para nosotros mismos. Además, no debemos olvidar que somos compañeros de piso y ¿quien elegiría para compartir casa a un "alérgico al agua"?
La frecuencia de los baños depende del animal, y de su propietario. Como norma diremos que no es conveniente más de un baño a la semana, pero a partir de ahí podemos repetir tantas veces como sea necesario.
En todo caso, debemos usar un champú específico para nuestra mascota. Las carácteristicas del pelo y la piel de los animales son diferentes a las de los humanos, por lo que no es nada recomendable usar nuestros propios productos. Lo ideal es usar un champú de uso frecuente formulado por un buen laboratorio veterinario o cosmético. Puntualmente podemos usar champús específicos, por ejemplo, para mantener la luminosidad del pelo blanco, pero siempre alternándolo con el de uso frecuente.
En lo que respecta al primer baño de los cachorros es recomendable esperar a haber completado el calendario de vacunaciones. Antes de esa fecha el sistema inmunitario aún no está desarrollado y un simple resfriado puede convertirse en algo grave. Aunque si se hace necesario, tomando las medidas adecuadas para evitar que coja frío y siempre que el animal se encuentre en perfecto estado de salud, se les puede bañar antes de la fecha indicada. También hay otras opciones más recomendables para mantener la higiene del animal durante estos meses, como el champú en seco o las toallitas húmedas.
¿Y que hay de los gatos? Existe la firme creencia de que son enemigos del agua y tal vez sea cierto. Pero también es verdad que si se les acostumbra desde pequeños pueden aprender a disfrutar del baño como cualquier otro animal. Los gatos se acicalan diariamente, pues tienen una lengua y unas costumbres innatas especialmente diseñadas para esta tarea, por eso la necesidad del baño es mucho menor en ellos que en los perros. Digamos que la frecuencia también depende aquí del animal, si nuestro minino es de limpia rutina gatuna sólo será necesario bañarle cada 3 o 4 meses o únicamente en la época de muda, para ayudarle a eliminar el pelo que cae.
Si tenemos tiempo y ganas no hay ningún problema en que nos ocupemos nosotros mismos del baño de nuestras mascotas. Sin embargo, es recomendable acudir a una peluquería especializada, al menos una o dos veces al año en caso de perros de pelo corto y más frecuentemente en cualquier perro de pelo largo. Es una forma de tener controlado el estado de salud de la piel y el pelo de los animales. Por ejemplo para evitar la formación de nudos, un problema que si se detecta en gatos de pelo largo también hace indispensable una visita a la peluquería.
También hay casos de afecciones dermatológicas que hacen recomendable aumentar la frecuencia del baño, que puede llegar a días alternos, o usar champús específicos. Pero en estos casos se debe proceder siempre bajo prescripción veterinaria.
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